En muchas ocasiones, nuestra mente llega más allá de lo que podemos llegar
a creer, somos capaces de pensar situaciones tan extrañas que solo deseamos
cerrar los ojos y que al abrirlos, ya no ronde por tu mente ninguna conspiración
rara. Y te das cuenta que eres un individuo
insignificante en este entorno tan inmenso. Solo deseas que ese pensamiento
aterrador no vuelva a aparecer en tu cabeza. Y así, poco a poco retomas tu vida
normal, aunque de vez en cuando vuelva a intentar asustarte aquello que un día
llegaste a pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario